Quiero confesar que soy una mala persona. Soy el Rey de Amarillo.
Soy tu envidia, tu pecado de lujuria insana que no permitiría un Dios
Por muy indecente que fuera en sus premisas de libertad. Soy tú. Tu
Rezumante y afilada parte humana que hace abandonar al enfermo,
Reírse del vestido de la vecina que perdió la visión o espiar el escote
De las mujeres y plegarlas a tu voluntad y a tu amargo semen extendido
Por todos los rincones de su dignidad. Soy el Rey de Amarillo. Quiero
Confesar a todos que soy una mala persona que no ha cuidado jamás
Su cuerpo y ha exigido a los demás que lo hicieran. He recelado hasta
De mi propio éxito. He mentido. Soy el Rey de Amarillo y quiero más:
Probar el tacto de una espada hundida hasta el puño en una tripa, usar
Diez veces más papel higiénico del necesario y abandonar la comida
En cualquier mesa procurando que quede todo lo más sucio posible.
Quiero conducir a doscientos por una vía urbana y no llegar antes.
Quiero todo lo que pueda exprimir de este mundo, apretarlo contra
Mi culo manchado y que absorba como una esponja. Mear sobre
el rostro sollozante de la hipocresía de los que se dicen malditos.
Soy el corazón roto, el filo del cuchillo, la sangre y el rencor
Almacenados en un tarro de kéfir en el fondo de la nevera. Quiero
Confesar que soy una mala persona aunque intento superarme.
Soy el Rey de Amarillo. Soy tu humanidad y he venido a quedarme.
De La Letra Perdida, por Fernando López Guisado. Ed. Vitruvio. 2012.
De La Letra Perdida, por Fernando López Guisado. Ed. Vitruvio. 2012.
Hola Fernando,
ResponderEliminarHe encontrado este blog de casualida y me ha gustado mucho. Enhorabuena por este Rey de amarillo tan inquietante e intenso...
Un abrazo
QueridoAlejandro, muchas gracias. En esto blog voy colgando relatos de vez en cuando. Eres bienvenido :D
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